Diagnóstico Facial
Diagnóstico Facial Profesional: Conoce tu piel a fondo
En nuestro centro realizamos un diagnóstico facial completo que te ayudará a conocer el tipo, la condición y las necesidades reales de tu piel. Utilizamos la tecnología OBSERV®320 para analizar a fondo cada detalle y ofrecerte el mejor tratamiento personalizado.

Tipos de piel: ¿Cuál es el tuyo?
Identificar correctamente tu tipo de piel es el primer paso para cuidar tu rostro de forma eficaz.
Cada piel tiene unas características específicas que influyen en su aspecto, sensibilidad y necesidades.
Cada piel es única y se clasifica según su producción de sebo:
- Piel normal: equilibrada en grasa e hidratación.
- Piel grasa: exceso de sebo en zonas T y U.
- Piel seca: baja producción de sebo y barrera lipídica débil.
- Piel mixta: combinación de zonas secas y zonas grasas.
Condición de la piel: lo que no se ve a simple vista
Además del tipo, la condición de la piel revela alteraciones que requieren atención específica:
- Enrojecimiento: frecuente en pieles sensibles o con barrera debilitada.
- Lunares rojos y arañas vasculares: pequeños vasos visibles en la piel.
- Vello encarnado: aparece cuando el vello crece hacia dentro.
- Falta de uniformidad: hiperpigmentación, manchas solares y tono desigual.
- Textura irregular: líneas de expresión, poros dilatados, puntos negros y comedones.
- Cicatrices de acné: alteraciones en el relieve cutáneo.
Beneficios del tratamiento
El impacto del envejecimiento en tu piel
El envejecimiento cutáneo empieza alrededor de los 25 años y puede deberse a:
- Factores internos (edad biológica, genética).
- Factores externos (sol, estrés, contaminación, alimentación).
Los primeros signos incluyen líneas finas, arrugas, pérdida de firmeza, poros visibles y textura áspera. Identificarlos a tiempo permite prevenir y tratar eficazmente.

¿Cómo lo analizamos? Tecnología OBSERV®320
Usamos el sistema OBSERV®320, que emplea luz LED natural y filtros especiales para examinar todas las capas de la piel:
Luz del día: imagen real del rostro sin sombras, para una evaluación general.
Textura de la superficie: revela rugosidad, poros, arrugas y bultos.
Pigmentación: identifica manchas, melasma o decoloraciones.
Enrojecimiento: analiza inflamación y microvasculatura visible.
Este diagnóstico visual avanzado permite ver lo que el ojo no detecta a simple vista y crear un plan de tratamiento 100 % adaptado a tu piel.